jueves, 1 de octubre de 2009

Imág. secundarias de la Pasión según Sevilla.(XI)


fotografía archivo F.Bermudo


XI. ANÁS Y SU ESBIRRO..."er que tenía la manita mu larga y no se llamaba Malco"(Breve ensayo sobre la Envidia. Intolerancia de David W. Griffith 1916. La Primitiva Cofradía de los Godos sevillanos.)


Anás: Viejo amargao de la vida que quería fastidiarle la existencia a los que venían detrás suya. No era de los que pensaba que cualquier tiempo pasado fue mejor; sino de los que creía que cualquier tiempo, sin sus inefables dictámenes, fue y será peor. Piensa que sin él, el mundo no tiene sentido, porque se cree juez, controlador, y garante de su tradición que siempre ve amenazada, adoptando siempre posturas a la defensiva.

Cuando Jesús era un niño lo perdieron de vista sus padres y se llevaron un rato buscándolo. Cuando lo encontraron estaba en el Templo discutiendo de teología con los sabios doctores de aquella época...y no vea la que les estaba dando er niño. Sabía má que todos juntos, tenía sabiduría pa dá y regalá a todos aquellos estudiosos de las escrituras, que se quedaron con la boca abierta cuando escucharon ar niño. Yo creo que entre aquellos sacerdotes debía encontrarse un joven ambicioso llamado Anás, que nunca iba a olvidar la cara y la voz de ese niño, que le estaba poniendo la carita colorá a más de uno.


La envidia es mú mala, porque en muchas ocasiones es el motor de la maldad y causa de la intolerancia. Anás destilaba envidia pa llená las bodegas de Umbrete y Villanueva del Ariscal; y encima, se rodeaba de envidiosos y de personajillos para que no le hicieran sombra. Fijarse bien que eligió pa su hija a Caifás (otro prenda), que mira si era torpe, que pa acusá ar Señó de blasfemia tenía que tené siempre a su lao a un negro con la Torá encima porque no sabía ni de lo que estaba hablando.

Anás, cuando le vio la cara ar Señó, se acordó de aquella mañana ener Templo, y de la sabiduría y bondad de aquel niño que ya era todo un hombre. La envidia se lo comería por dentro, y no iba a tolerar que esa persona humilde les diese de nuevo lecciones sobre teología. En ese preciso momento del recuerdo de Anás, se inicia el proceso de intolerancia contra Jesús, que terminará con su muerte en la Cruz.

Véase "Intolerancia" de David W. Griffith, película del viejo Hollywood, en la que se suceden varios episodios de intolerancia a lo largo de la Historia, siendo la Pasión de Jesús, uno de ellos. Estos episodios están enlazados con la hermosa imagen de una mujer que mece la cuna de su bebé, poniendo amor donde el hombre pondrá odio.


Cuando la verdad se impone, el recurso de los intolerantes es la violencia. Piensan que dando caña solucionan sus propias limitaciones, y piensan que repartiendo leña, o gritando, o montando en cólera, frenarán a los que tienen que decí más que ellos.


Qué ocurrió en casa de Anás... pues que le pegaron ar Señó una fuerte bofetá pa que se callara, intentando humillarlo y doblegarlo. Pero voy a dejar clara una cosa, er que le pegó la bofetá ar Señó no se llamaba Malco... que quede claro. Malco solo aparece en el evangelio de Juan, y es un sayón al que Pedro rebana la oreja de un tajo, defendiendo a Jesús en el momento de su prendimiento.

Jesús le pidió a Pedro (por favó) que guardase su espada, y sanó a Malco, que volvió a lucir oreja como si nada hubiese pasado. Luego se cuenta lo de la bofetá, pero no es Malco er que le pega, Malco tenía que está tela de agradecío por recuperar su oreja de forma milagrosa. Incluso en otro pasaje evangélico, de uno de los que reconoce a Pedro como discípulo de Jesús, se dice que es pariente de Malco, el que casi pierde la oreja. Es decir, se comenta ese pequeño detalle (me encantan esas referencias mínimas que demuestran la autenticidad de los hechos) y no se dice nunca el nombre del esbirro que golpea ar Señó... que, por supuesto, no es Malco.

Si los Godos hubiesen tenío tiempo de organizá una Cofradía en Sevilla, la suya hubiese sido la del pasaje de Pedro rebanando la oreja de Malco, y su nombre oficial hubiese sido la de Cofradía de la Sagrada Rebanada de la Oreja de Malco (vulgo la de La Rebaná). Estos buenos Godos cuya tradición germánica ponderaba como valores, la lealtad y la fuerza en el combate, recordarían su Biblia Ulfilana (que se conserva en el Codex-Argenteus), donde se dedican dos páginas a contar como San Pedro sale valientemente en defensa de su Señor, blandiendo su espada y cortando de un tajo la oreja de uno de sus enemigos... Eso sí, en dicha Biblia se omite la sentencia: "Al que te golpease en una mejilla...ponle la otra" porque los Godos eso no lo iban a entendé mú bien, y pa qué liarlos má.


Pero a los Godos no les dio tiempo organizá su cofradía en Sevilla; en cambio, tenemos la de La Bofetá, donde un viejo, esaborío y envidioso, intenta humillar a Jesús, vertebrando su intolerancia en la mano de uno de sus esbirros (que no se llamaba Malco), pegándole ar Señó una Bofetá de impotencia...Pero Jesús aguanta er tirón y le pega más fuerte donde más duele:


"Si he hablado mal, declara ese mal...pero si bien...¿Por qué me pegas?"



(Texto publicado en la web cofradespasionensevilla el 28 de Abril de 2009)



Apostilla filológica: puede que el autor (pobrecillo) haya confundido la Biblia Ulfilana con el Heliand, donde "El poeta se exalta cuando Simón Pedro saca la espada y le corta la oreja derecha al siervo del pontífice" (Literaturas Germánicas Medievales, Jorge Luis Borges). Pero lo cierto, es que hubo reparto de leña seca en el Huerto de los Olivos y que Malco se llevó la peor parte, al menos durante un ratito. 

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